Dedico este poema a mi buen amigo José Antonio y a su gentil esposa Mª Ángeles, a los que quiero profundamente. Hago extensiva esta dedicatoria a todas aquellas personas relacionadas con el mundo del arte que me visitan en mi blog, por las que siento un gran aprecio, y especialmente, a aquellas con las que comparto la pasión por la poesía, entendida ésta como forma de afrontar la vida.
EL RÍO QUE NOS LLEVAEl río nos contempla plagado de secretos
con los ojos abiertos al incierto futuro,
y su primer aliento ofrece sus tesoros
a quien cree que la vida será siempre un misterio.
A veces nos arrastra, pero también ofrece
el frescor de la noche tras un día de verano,
o el destello que mana de su piel amorosa,
o la mano que surge cuando no crees en nada.
Su reflejo sereno, a veces, nos descubre
el cielo que se oculta quizás a nuestros ojos,
y, a veces, por sorpresa, nos muestra alguna estrella
o la luz que se mece en la rama cansada.
(Ana María Gregorio)