Acuarela sobre papel Fontaine.
El color insistente
de pétalos que tiemblan,
con gritos silenciosos
envueltos en aromas,
me muestran entre nieblas
los ocultos caminos
que van a la belleza.
A ella me dirijo,
capturando el instante
en que la flor ofrece
su bondad plateada,
recojo los susurros
efímeros que ofrecen
las pequeñas bellezas
en sus débiles ramas.
(Ana María Gregorio)
sábado, 26 de septiembre de 2009
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6 comentarios:
Que gran delicadeza se aprecia en tus flores, Ana. Las flores, y ese murmullo de hojas frágiles y cimbreantes. Son toda una belleza. Modestamente, creo que merecen uno de tus poemas.
Un abrazo
Me alegra que hayas recogido la sensación de fragilidad que he querido darle a estas flores, destacando lo efímero de tantas cosas bellas que, a veces, con el ajetreo diario, nos pasan desapercibidas.
No puedo menos que ofrecerte ese poema que crees que se merecen.
Un beso.
Soy de las que piensa que la belleza más auténtica está en lo efímero. Es como una gota de esencia que regala su aroma durante un instante y después se desvanece dejándonos una impresión que va más allá de los sentidos, para instalarse por siempre en nuestra psiquis.
No podía faltar tu poema, refleja esta impresión de un modo maravilloso, la misma que me han dejado tus flores.
Muchísimas gracias, Ana, por ambas manifestaciones de tu arte.
Un beso
Gracias a tí, Carmen, por la sensibilidad que te caracteriza y por visitarme. Es un lujo contar con tu presencia.
Un beso.
Qué suavidad y delicadeza en la gama de colores y en el poema. Dices bien, la posía y la pintura comparten ser ambas sentimientos y pensamientos del autor. Esa es su esencia, porque es la esncia de todo lo que es artístico.
Gracias por tu visita y por seguirme, Rosa, es un placer verte por mi blog, y gracias por tu amable comentario.
Un abrazo.
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